La intolerancia esencial de la psiquiatría 2a parte
Una vez que la sociedad estadounidense se tomó en serio el TDAH y el TOD, y una vez que se consideró “apropiado” medicar a niños disruptivos de edad escolar, resultó un asunto sencillo “patologizar” y medicar a niños de edad preescolar. En años recientes, variables socioeconómicas han provocado que padres estén sometidos a un estrés creciente por las exigencias de la supervivencia, con disminución en tiempo y apoyo comunitario para ayudarles a ser pacientes y amantes al enfrentar comportamientos normales de frustración en sus niños. La supervivencia financiera para los padres hace indispensable el uso de guardería en niños en edad prescolar, y los padres sienten ansiedad por el prospecto de que su hijo disruptivo no sea capaz de satisfacer sus requerimientos. Aparece el TDAH preescolar y el trastorno bipolar pediátrico.
¿Cuáles son algunos de los “síntomas” de TDAH
preescolar y trastorno bipolar pediátrico que pueden resultar en que un niño de
tres años de edad sea severamente medicado? Los “síntomas” de TDAH preescolar
incluyen: habla mucho y hace más ruido que sus compañeros, no presta atención a
detalles, no sigue instrucciones, muestra incapacidad para esperar su turno y
frecuentemente interrumpe. Los “síntomas de trastorno bipolar pediátrico”
incluyen: se comporta de manera exuberantemente feliz o muestra comportamiento
de exceso de tontería, habla rápidamente o cambia de tema a la mitad de una
oración, y se muestra demasiado alterado cuando enfrenta obstáculos o cuando se
le dice “no.”
En 2007, incluso los
medios de comunicación fueron impactados por una tragedia resultante de estos
diagnósticos de TDAH preescolar y trastorno bipolar pediátrico. La muerte en
2006 de Rebecca Riley, de cuatro años de edad, fue presentada en el programa de
televisión 60 Minutes, por Katie Couric en su historia del 30 de septiembre de
2007: ¿Qué mató a Rebecca Riley? Cuando Rebecca tenía 28 meses de edad, por
quejas de su madre de que tenía dificultades para dormir, parecía hiperactiva y
“constantemente se entrometía en asuntos, corría en los alrededores, y no era
capaz de estarse quieta,” la psiquiatra Kayoko Kifuji, del Centro Médico Tufts
de Nueva Inglaterra, diagnosticó a Rebecca con TDAH; y Kifuji prescribió
clonidina, un medicamento hipertensivo con propiedades sedantes significativas.
Cuando Rebecca tenía tres años de edad, Kifuji añadió el diagnóstico trastorno
bipolar pediátrico y prescribió dos fármacos adicionales, el antipsicótico
Seroquel, y el anticonvulsivo Depakote.
A los cuatro años de
edad, primariamente debido a intoxicación con clonidina, Rebecca murió. Los
padres de Rebecca fueron condenados por homicidio (definido como sedación para
hacerla más fácil de manejar, y conseguir un diagnóstico psiquiátrico para
recibir pagos por discapacidad); sin embargo, un miembro del jurado, que votó
por una condena por homicidio en segundo grado para la madre de Rebecca, habló
a nombre de sus compañeros del jurado: “todos nosotros estábamos muy enojados.
La doctora Kifuji también debió haber sido acusada.” Sin embargo, las
declaraciones de Kifuji fueron defendidas por el Centro Médico Tufts-Nueva
Inglaterra, cuyo vocero dijo a 60 Minutes lo siguiente: “la atención que
nosotros prestamos fue adecuada y dentro de los estándares profesionales.”
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